Sofia

Sofia está situada al pie del monte Vitosha, cuyos numerosos picos, algunos de hasta 2 000m de altura, destacan armoniosamente en el azul del cielo.
La ciudad conserva gran número de lugares marcados por la historia, ya que debido a su situación geográfica, su clima, la fertilidad de su llanura y a la presencia en sus entrañas de numerosas fuentes termales, la ciudad fue poblada desde épocas remotas. Sofia no deja de ser una ciudad que ”se hace mayor, pero no envejece”, tal como se puede leer en su escudo de armas. Se trata de una de las ciudades más antiguas de la península balcánica - se supone que Sofia existe desde hace ocho mil años -, que conserva un ambiente cultural forjado a lo largo de los siglos y heredando lo mejor de las culturas de los pueblos que marcaron su existencia. Sofia posee una atmósfera encantadora, creada por su gente, sus monumentos, sus fuentes termales y la cercanía de la montaña. Destruida en múltiples ocasiones, esta "ciudad de la sabiduría" siempre ha resucitado de sus cenizas como un Ave Fénix, para brillar con cada vez más con más luz.
En el último milenio a.C. en la cuenca de Sofia se instalaron los tracios y en el siglo V a.C. formaron el famoso reinado de los Odrisios. La tribu que vivía en la cuenca se llamaba serdios, de allí el primer nombre del poblado: Sérdica
Más tarde los romanos invadieron la Península. Emprendieron enorme construcción, y en el siglo II d.C. el emperador romano Marco Ulpio Trajano la nombró ciudad de Ulpia-Sérdica en honor de su padre de procedencia española.
La ciudad se desarrolló con gran prosperidad entre los siglos I - IV d.C., se construyeron los muros alrededor de ciudad, que ya era la capital de la antigua provincia romana Dacia y estaba en el camino que llevaba a Constantinopla. Los restos de esta murralla, que fue destruida y renovada muchas veces a lo largo de la historia, se pueden apreciar en la actualidad en forma de ruinas. Sérdica se convirtió en uno de los centros políticos de mayor importancia cultural y económica de la época y la llamaban “la más bella del oriente”. Después de haber abandonado a Roma el emperador pensaba convertir Sérica en capital del Imperio Romano Oriental. Solía decir: ”Sérdica es mi Roma”.
Después de haber aceptado el cristianismo en la ciudad, la población empezó a erguir muchas iglesias, que se verán a lo largo del recorrido.
En los siglos IV-V llegaron los años de la decadencia. La ciudad fue destruida varias veces por visigodos, bárbaros y hunos, pero volvió a florecer durante la época del emperador Justiniano. De esta época data la primera iglesia “Santa Sofia”, que más tarde dará el nombre actual de la ciudad.
Al final del siglo VI aquí se instalaron los eslavos, y tres siglos después, el Khan búlgaro Krum conquistó la ciudad haciéndola parte del Primer Reino Búlgaro. Probablemente al final del siglo IX, durante el reinado del príncipe Boris I, la ciudad se nombró Sredetz, debido a su posición geográfica céntrica.
De 1018 a 1194 duró la dominación bizantina, la ciudad se llamó Triáditza. El zar Asen liberó la ciudad y la agregó al Segundo Reino Búlgaro. Al final del siglo XIV la ciudad ya se llamaba Sofia por el nombre de la iglesia.
En el año 1392 cayó bajo la dominación turca. No perdió su importancia durante la época turca de cinco siglos; se desarrolló el comercio y la artesanía y se hizo centro administrativo. Poco a poco adquirió una imagen oriental: las casas y las iglesias búlgaras se enterraban en la tierra, como se puede apreciar claramente con la iglesia Santa Petka Samardzhiiska.
El 4 de enero 1878 las tropas rusas liberan la ciudad, guiadas por el general Gurco, que entró por el puente de las Águilas. En honor a los liberadores hay diversos monumentos. El 3 de abril 1879 la Asamblea General Nacional decidió cambiar la capital de Veliko Tarnovo a Sofia.
A partir del año 1944 se instaura en Bulgaria el régimen comunista, cuyo estilo arquitectónico hoy día hace gala en los edificios de las instituciones gubernamentales más importantes. En 1989 la “perestroika” soviética da lugar al desequilibrio del régimen comunista en muchos países, de esta manera Bulgaria inició el período de democracia y transición a una economía de mercado que todavía no ha finalizado.
Hoy en día Sofia cuenta con numerosas calles comerciales y un sinfín de rincones que dan la posibilidad de sentir el espíritu actual de la capital.
Visitando la ciudad es indispensable conocer los monumentos que hacen de la capital una ciudad singular y atractiva. Uno de los monumentos símbolo de la ciudad es la Catedral Alexander Nevski, que es la catedral del Patriarca y la mayor catedral ortodoxa de los Balcanes. Construida en el año 1912, expresa el amor y el agradecimiento del pueblo búlgaro hacia el pueblo ruso que dio más de 20 mil soldados caídos en la Guerra Ruso-Turca (1877-1878) que lucharon por la liberación de Bulgaria. En la construcción tomaron parte especialistas de 6 países: rusos, búlgaros, checos, alemanes, austriacos e italianos. El exterior impresiona por sus cúpulas doradas, mientras que el interior fascina por la belleza artística de los iconos, los frescos, obras de los mejores pintores búlgaros, rusos y checos de aquel momento y la riqueza de la decoración hecha por los mejores maestros con materiales impresionantes /ónice de Brasil, alabastra de Egipto, mármol de Carrara, mosaicos de Venecia, cristal de Jena, etc./. Se distingue, además, el coro ortodoxo, formado exclusivamente por cantantes de ópera. En la cripta de la catedral se encuentra el más rico museo de arte medieval y renacentista, donde se aloja uno de los tesoros nacionales: colección de iconos búlgaros.
Cerca de la catedral se encuentra la Basílica de Santa Sofia, que da el nombre actual de la capital. Data del siglo IV, es la primera iglesia cristiana, la más antigua en la península y muchas veces ha sido destruida y reconstruida, pasando por épocas en las que incluso fue convertida en mezquita por los invasores turcos. En su lado meridional se encuentra el Monumento al Soldado Desconocido (1981), con la llama que nunca se apaga y un león de bronce. En la misma plaza se aprecian el edificio administrativo del Sínodo búlgaro, la Galería de Arte Extranjero.
Cabe destacar el monumento dedicado a Vasil Levski, héroe nacional, revolucionario, muerto en la lucha contra los turcos. Cerca se halla la Biblioteca Nacional que lleva el nombre de los creadores del alfabeto cirílico “Santos Cirilo y Metodio”, cuyas estatuas se encuentran a la entrada. Al lado se encuentra el Rectorado de la Universidad de Sofia “San Clemente de Ohrid”, la más prestigiosa de Bulgaria. La parte central fue construida en 1925, las dos alas septentrional y meridional se levantaron en el período entre 1941 y 1955 en estilo barroco ornamental de columnas y con esculturas en la fachada principal, donde se pueden observar las estatuas de los hermanos mecenas Hristo y Evlogi Georgiev.
Al oeste se puede ver la plaza en la se encuentra el edificio del Parlamento, construido entre 1884 y 1928, que lleva el lema: “La unión hace la fuerza”, y el bonito edificio de la Academia Búlgara de Ciencias. En la misma plaza se encuentra el Monumento al Zar Libertador dedicado a los soldados rusos y al zar Alejandro II, que fue quien declaró la guerra a Turquía. Fue hecho por diseño del escultor italiano Arnoldo Tzoqui, que ha hecho también el monumento a Colón en Buenos Aires y a Garibaldi en Bolonia. Es un monumento armónico y bello.
En Sofia hay gran número de iglesias, como la iglesia de “los Siete Santos”, que guarda una reliquia de San Clemente de Ójrida. Sorprenden por su belleza la Iglesia “San Nikolás”, conocida como la iglesia rusa (1914), construida en estilo moscovita con cinco cúpulas doradas. Una de las construcciones más bellas de la ciudad es la del Teatro Nacional “Ivan Vázov”, construido en el año de 1906, al estilo barroco con columnas, relieves y estatuas.
En la plaza de Alexander Battenberg se encuentra El ex-Palacio Real del Tercer Reino Búlgaro, donde hoy día se aloja el Museo Etnográfico y la Galería de Arte Nacional y en frente el lugar donde estaba el edificio del mausoleo del ex líder comunista Gueorgui Dimitrov. En la plaza también destaca el edificio del Banco Nacional que tiene 4 pisos y tres subterráneos donde se guarda el tesoro de Bulgaria. Durante la época comunista se dejaba pasar los visitantes ante los quilotes de oro y se les decía que si logran levantar un quilote de 12kg de oro puro con dos dedos, se lo podían llevar. Cerca se pueden ver el Museo Arqueológico y el complejo arqueológico “San Jorge”, formado por la Iglesia de San Jorge, del siglo VI, antigua Rotonda romana y testigo de importantes sucesos históricos. La iglesia conserva fragmentos de capas de distintas frescos del siglo XI al siglo XVI, mientras que en las afueras se pueden ver las ruinas romanas en donde se pueden apreciar además las tuberías de la primera calefacción por agua caliente.
El estilo neoclásico estalinista típicos característicos del régimen comunista se puede apreciar en el conocido como Complejo del Poder, situado en la plaza de la Independencia y formado por los edificios de el Hotel Sheraton-Balkan, La casa del Presidente, La ex-casa del Parido Comunista, el Consejo de Ministros y el ex-Almacén Central. Los edificios monumentales, construidos de granito, datan de los años 50. Desde allí se puede contemplar la bonita estatua de Sofia, diosa de la sabiduría - monumento reciente que causó polémicas en su día por sus explícitas formas femeninas -, que se eleva al lado del moderno edificio del banco Bulbank.
Desde allí se puede ver lo que se conoce como el “triángulo de la tolerancia religiosa” formado por los símbolos de tres religiones: una iglesia cristiana ortodoxa, “Santa Petka Samardziiska” que es medieval, de la época turca, sin ventanas y se encuentra debajo del nivel de la calle, porque el sultán turco había decretado que se destruyese toda iglesia, cuyo techo superaba una estatura humana por encima de la carretera., una mezquita turca “Banya Bashi”, del año 1576, y una sinagoga en estilo hispano-maurita con una cúpula octagonal, iluminada por la lámpara más grande de los Balcanes, y aspecto muy parecido a la famosa casa de la plegaria Sepferdic en Viena, que están casi uno al lado del otro. Se pueden ver también los bonitos edificios del Mercado Cubierto y los Baños Centrales recién reconstruidos, que pronto estarán en función con sus aguas termales. En la Plaza Sveta Nedelia se puede ver el edificio de la Academia de Teología y la Iglesia de Santo Domingo del año 1863, y en frente el majestuoso edificio del Palacio de Justicia con los leones a la entrada. Un paseo por la calle peatonal Vitoshka, llena de tiendas comerciales, desembocará ante el Palacio Nacional de la Cultura, que es el centro de congresos más grande en la península, construido en 1981 para celebrar los 1.300 años de la creación del Estado búlgaro. Es el mejor ejemplo de la arquitectura moderna de Sofia. Allí se organizan congresos, conferencias, exposiciones, además de ser el escenario para conciertos de célebres músicos.
Otro lugar de interés creado con el mismo motivo del aniversario es el Museo Nacional de Historia que desde el año 2000 se aloja en la Residencia Presidencial, en el antiguo palacio del máximo dirigente de la nación en la época comunista y líder del Partido Comunista en aquello tiempos Todor Zhivkov, en el prestigioso barrio Boyana. Es el museo más importante de Sofia, allí se encuentra expuesto entre otras muchas muestras valiosas los Tesoros de Oro Tracios, las muestras neolíticas, tesoros artísticos de la civilización medieval, etc. Se puede ver toda la historia de Bulgaria bien ilustrada con muestras originales, fotos y maquetas. El edificio mismo posee techos de madera de nogal tallada de gran valor. Otra muestra histórica valiosa es la Iglesia de Boyana, a 8 km de Sofia, que conserva frescos de los siglos XI, XIII y XV. Poseen un enorme valor artístico los del año 1259, en el estilo de la escuela búlgara medieval, y atribuidos por especialistas extranjeros al ¨Prerrenacimiento búlgaro¨. Visitando un sinfín de rincones se da la posibilidad al viajero de sentir el espíritu actual de la capital tanto de día como de noche, ya que la capital ofrece una considerable vida nocturna.
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